CEBOLLA CONFITADA

Ahora que hay que empezar a pensar en las comiditas que vamos a preparar para estas navidades os quiero enseñar este receta super sencilla pero, que a los de casa nos encanta, y que os puede servir para un montón de cosas, ya que la podéis usar para formar parte de algún entrante o como acompañamiento de algún plato de carne.
Confitar la cebolla no tiene mucha ciencia, ni dificultad, pero si que es un poco largo, ya que se hace a fuego muy bajo.
Se trata de que la cebolla se haga despacio, a fuego lento, ya que así sueltan su propia azúcar y no hay que añadirle azúcar extra,  y que al mismo tiempo conserve su jugo y quede blandita y melosa.
Yo siempre la hago a ojo por lo que no puedo poneros cantidades.
Como las cebollas al confitarlas reducen muchísimo su tamaño yo siempre hago bastantes ya que en casa no duran nada, hasta a cucharadas conozco yo a uno que se las come.
Normalmente hago de 4 a 6 cebollas de las grandecitas.

Se pelan las cebollas y se cortan en juliana. En una sartén grande pongo un buen chorreón de aceite de oliva y cuando esta caliente añado las cebollas y un poco de sal, para que las cebollas vayan soltando agua. Al principio lo pongo a fuego vivo, moviendo sin parar. En cuanto esta la cebolla bien impregnada del aceite,  bajo el fuego y lo remuevo de vez en cuando. Nunca lo tengo menos de un ahora al fuego, a veces hasta hora y cuarto, con cuidadito de que no se me quemen, no hay que perderlas de vista.

Cuando ya están casi hechas, veréis que el aceite se va desprendiendo de las cebollas, echo un buen chorro de salsa de soja, que le proporciona color y sabor, lo movemos bien para que vaya cogiendo color la cebolla, un par de minutos y ya esta.....realmente deliciosa.
La mayoría de recetas de cebolla confitada llevan azúcar o caramelo liquido lo que hace que aumenten sus calorías. Y aunque la salsa de soja también lleva azúcar no lleva tanta y además le da muy buen sabor.

Probarla sobre una tosta de pan con foie o queso de cabra y ya me contareis.